EL SUEÑO DEL
ROPAVEJERO
–Hay
algo malo con la humanidad, ¿estás de acuerdo? –me dijo una voz interior–
¡Claro que también hay muchas cosas buenas, pero tú sabes a qué
me refiero!–continuó... ¿mi conciencia?– Y es por eso que inventamos a
Jesucristo, ¿me explico?, como una especie de antídoto psíquico, contra ese mal
congénito. Sale, pues saca el coche sin que te escuchen, apagado, empujándolo.
Pero yo manejo, ahí me vas diciendo por donde.
–“De
eso se trata todo esto de la navidad, Charlie Brown” –me respondí– …La mala
leche, o mala levadura, dicen por ahí en la Biblia, no me acuerdo en que lado.
–Exactamente.
Toma este asunto de la natividad, por ejemplo, la Noche Buena. Súbete.
–¿Qué
tiene de Buena?– me arremedé, dando el último sorbo a mi Martini, y fumando una
gran bocanada de humo psicotrópico– Solo es un triche pretexto para vender
porquerías y atascarnos de alcohol; Pero vamos allá, continúa por favor, no me
dejes interrumpir tu tren de pensamiento, tan sólo permíteme, ya que te vas
poner tan serio, encender el radio, están transmitiendo un especial de rocanrol
navideño, en la Cocina del Alma, el
programa de don José “Hombre-lobo” Agustín, en Radio Libre Aztlán:
–“Arrancamos
con Vince Guaraldi, y sus rolas para Peanuts;
Primero: “Skating”, donde Snoppy se lucía patinando al estilo Chaplin, ¿te
acuerdas?, y luego escuchemos “Christmas is here”, (instrumental, of course), ya
que llegamos tan lejos, que casi parece que sobreviviremos un año más...
–Ja.
No cantes victoria, camarada… Ahorita que lleguemos ahí te explico cómo va a
estar la operación. Pero bueno, a ver, Inútil, deja de jugar con tu pinche música
maricona y escucha: analiza todo este asunto de la humanidad, al inicio del
nuevo siglo, convertida en una vergonzosa parodia de sí misma, bailando a
ciegas junto al abismo, ¡avanzando inexorablemente directo al infierno!,
entonces, ¿agarro el boulevard?
–Uy,
que palabra tan costosa te rifaste, valedor: I-ne-xo-ra-ble-men-te, Güau. Sip,
agarras el bulevar. Es por allá, wey, da vuelta a la izquierda. Y hazme el
favor de no raspar más la carrocería, ni acabes de rompernos las calaveras por
favor, que como quiera que sea, todavía es la nave de tu jefe, nuestro padre,
que en su morada bajo el mar, aguarda soñando.
–…Escuchen
ahora esta otra: “Let me sleep”, de los Perros
perdidos del Pearl Jam acústico…
–No
me interrumpas, Gusano. Te decía, toma todo este asunto de la Navidad, por
ejemplo. Toda la mierda comercial en que se ha convertido, digo, mira al pobre
San Nicolás, convertido en este viejo gordo sonrosado, de traje rojo y barba
blanca, que dice “¡Jo, Jo, Jo!”, vendiendo coca-colas radioactivas en su trineo
diabólico, jalado por seis chivos negros, en las alturas de un cielo post-apocalíptico.
–…”Continuamos
con: “Milky White way”, del disco de canciones cristianas de Elvis”…
–¿Te
acuerdas como le gustaban al jefe esas rolas?, es más hereje que Marx, pero
cuando canta el Presley, hasta parece devoto coreando sus letras…
–“I`m
gonna meet God the Father, and God the Son”- Cantó Elvis, y mi padre lo coreó
fielmente.
–Que
cierres tu agujero de vomitar, idiota. Te decía: el pobre San Nicolax de Myra,
un muy amable obispito jalador del siglo IV, en Anatolia, Turquía,
perfectamente respetable, que tiene más de dos mil templos por todo el mundo, y
quién honestamente gustaba de regalar todas sus posesiones materiales al estilo
franciscano, convertido hoy en este asqueroso personaje de caricatura,
regordete, salido de las pesadillas de Walt Disney, no sorprende que sea el individuo
más odiado de toda la famosa navidad, he visto tantas parodias sobre él, que
sólo me falta atestiguar que lo violen en algún callejón sin salida. Se puede
sentir que nadie lo quiere, nadie lo respeta: Es todo lo que está mal con la
Navidad. Es el Gran Impostor, tratando de opacar la Palabra Sagrada. Es como un
enviado del capitalismo satánico, para convertir los tradicionales obsequios en
algo que, de alguna manera, es un beneficio egoísta para los productores de
chatarra material y espiritual…y blablablá…
–… Acabamos de oír
“Jingle bell rock” (como olvidar el principio de Arma Mortal), antes escuchamos
a los Pretenders con “2000
Miles”, cursis pero muy queridos, y después vendrá The Who, con su “Christmas”, del Tommy,
(que por cierto, tienen nuevo disco, en este agónico 2019, aunque ya huele
a despedida)… Saludos a Maru Vargas, una fan muy fiel de los Quién… Abrazo
familiar para todos, de su viejo diyei, José “Wolfman” Agustín, aquí
representando el Espíritu de la Navidad presente, y pónganle más ron a mi
ponche, por favor…
–Das
vuelta a la derecha, y luego otra izquierda, y ya llegamos. ¿Tons qué, a ver
cómo va a estar la onda, quieres que les abra el portón principal, y la caja
fuerte de la iglesia?, ¿Tú sabes donde guarda el cura la morralla, no?, porque
sí junta buena feria en quincena el miserable, pederasta infeliz, dicen que
está protegido por la maña, y siempre tiene una .45 cargada.
… Y ahora con ustedes,
¡Sufjan Stevens! y su “Sister Winter”, de sus discos de Christmas songs, que me regaló mi compadre Pedro Moreno, va un abrazo para él hasta Saltillo…
–¿Recuerdas
el Sueño del Santa Clós limosnero…?
––¿Qué,
eres el fantasma de las navidades pasadas?... Sí, claro. Nos levantamos
sonámbulos, y lo encontramos en el jardín, en la noche, bajo el árbol de
mangos. Éramos sólo un niño, de cinco o seis abriles, y él no era un mendigo
vestido de Santa Clós, era un vagabundo fangoso, muy sucio, pero sabíamos que
era Santa Claus, el viejo fetiche de la coca cola, pero convertido en
teporocho; Y como siempre, se había metido a la casa sin permiso, pero en lugar
de traer regalos, se colaba para talonearnos una limosna, temblando. Y algo nos
decía que Eso era Dios también, un dios enfermo, disfrazado y decadente.
–Ahí
fue donde mi papá nos alcanzó, en el jardín, y nos llevó de regreso a la cama.
Y a la mañana siguiente, cuando le contamos el sueño, parecía muy molesto de
escuchar nuestros delirios teológicos nocturnos.
–…Eso
fue Micah P. Hinson con su “Little boys dream”, y ahora continuamos con “I’ll
Be home by christmas”, de este álbum de jazz que me heredó mi amiga, Una Pérez
Ruiz, quién recién falleció (descance en paz); es de discos Putumayo, Christmas in New Orleans. Y después los dejo con “Amarga Navidad”, del maestro José Alfredo Jiménez, que no puede faltar, para todos los malacopa navideños…
* * *
–…Ya casi nos
despedimos, con esta rola inaudita en la voz de Bob Dylan,“Hark the Herald
Angels sings”, de su disco de villancicos abominables…
–Chales, ¿que le pasa a
ese tipo?, parece que se tragó un borrego moribundo y se le atoró en la
garganta. De verdad, cuanta música navideña espantosa existe, desde jazz,
salsa, cumbia, rock y etcétera, nomás falta el rap y el reguetón de la navidad,
con doña Claus de teibolera, frotándose en un tubo de hielo, ¡Carajo!, que
cantidad tan horripilante de mala música, empezando por los maléficos
villancicos, y pasando por toda clase de porquerías pseudocristianas, ¿acaso nadie
nota que han convertido este bonito ritual en una nauseabunda tradición de plástico?
–“Or
what?, you’ve been rockin’ SO hard, U can’t even say a prayer?...-continuó el
dj– La navidad es un chance de vivir el renacimiento de Jesucristo, el héroe
del corazón, el campeón del espíritu, diría Carl Gustav Jung; es un intento de
la humanidad por sublimarse en el sacrificio, para abandonar el egolatría; Es
la gran leyenda del hombre en busca de su padre perdido, buscando ser Dios, ser
Buda. Todo ser humano, más o menos cuerdo, intuye que en el corazón del
invierno, cerca del final del Laberinto congelado, concluido el evidente ciclo
anual de las estaciones, existe la oportunidad de cambiar, de avanzar, y mejorar
un poco. ¡Así pues: beban de este vino, que es la sangre de Dios, del mito
divino, pasen a brindar esos que no tengan miedo de seguir el sendero dorado, el
que lleva a la Casa de los Dioses…
Ahora los dejo con esta que no sé si es navideña, pero parece, son los Black
Crowes con “Welcome 2 the good times”, enjoy it, if U can…
–Que
clavado se puso el master.
–Ya
vamos llegando, entonces ¿asaltamos primero la parroquia y luego la licorería o
al revés?
–La
parroquia, desde luego. Le prometí al camarada de la vinatería que este año no
lo asaltaríamos, para variar; es buena onda; Hasta le vamos a pagar, por varias
cajas de alcohol y muchas despensas, con el dinero bendito del cura Melchor–Y
me respondí que okey. Entonces llegamos a la pequeña capilla blanca, y me bajé
para forzar la cerradura, como el cerrajero de San Pedro, y mi conciencia entró
en la iglesia, para realizar el asalto al cielo, súbitamente…
*
* *
–¡¿Que pasó, ya estuvo,
lo apañaste todo?!
–Sí, dejé al cura maldiciendo
en piyama, ¡arranca imbécil, que trae pistola y pantuflas!
–¡De pelos, ora si nos
rayamos con una feliz navidad!, ¡Vamos a ir con las putas, y al teiboldanz, y en
avión hasta Las Vegas, y a comprar muchas drogas y/
–Nonono,
calma tus ansias, infeliz… ¿Recuerdas el Sueño
del Ropavejero?– Y me respondí que sí, claro, y en el radio sonaba “The
Ragpickers dream” de Mark Knopfler, tu sabes, el jefe de Dire Straits, ya
solista.
–En esa canción, el ropavejero sueña con un banquete en el que hay
espacio, comida y bebida abundante para todos los vagabundos, niños de la calle
y demás los marginados, pero también se sientan entre ellos algunos personajes
navideños fantásticos: El Espantapájaros y el Rey de las vías de Tren, además
de Jack Frost y hasta Satan Claus aparece por ahí. Agreguemos a Cristo y Buda, a
Quetzalcóatl y un largo etcétera de dioses y diosas paganas, diciendo
“¡Salud!”, en nuestra carta para los reyes magos, y nuestro sueño se hará
realidad. Y todos felices.
–Pero
con esto no nos va a alcanzar para alimentar a todos los desesperados y
hambrientos esta noche…
–No
te apaniques, mi viejo y querido personaje fugaz, tengo un amigo que se me
prometió multiplicarlo todo, infinitamente, Él fue quién ordenó este asalto
navideño… ¡Pues para surtir de regalos ese banquete de mendigos y pordioseros,
y compartirlo con todos mis amigos, los animales extintos, y demás criaturas
fantásticas que habitan este sueño y esa canción, es que hemos robado todo lo
que robamos hoy, mi estimado: ¡Despierta!: Nosotros somos el espíritu de las
fiestas futuras, ¡y para darle su navidad a todos esos miserables, es que
soñamos esta noche!
–....”Así
que finalmente, los dejo con Gavin Bryars & Tom Waits, acompañando a un gélido
veterano sin hogar, con su melodía de obsesiva cruz circular, psíclica, como un
mantra: “Jesus blood never failed me yet”… Y así se despide La Cocina el Alma, deseándoles
felices navidades, a todos los hermanos y hermanas de buena voluntad… ¡Muchas
Noches Buenas, y que el Gran Espíritu los ilumine esta noche y siempre!, ¡Salud!...
¡Cambio y fuera!