jueves, 2 de enero de 2020





EL SUEÑO DEL ROPAVEJERO


–Hay algo malo con la humanidad, ¿estás de acuerdo? –me dijo una voz interior– ¡Claro que también hay muchas cosas buenas, pero sabes a qué me refiero!–continuó... ¿mi conciencia?– Y es por eso que inventamos a Jesucristo, ¿me explico?, como una especie de antídoto psíquico, contra ese mal congénito. Sale, pues saca el coche sin que te escuchen, apagado, empujándolo. Pero yo manejo, ahí me vas diciendo por donde.
–“De eso se trata todo esto de la navidad, Charlie Brown” –me respondí– …La mala leche, o mala levadura, dicen por ahí en la Biblia, no me acuerdo en que lado.
–Exactamente. Toma este asunto de la natividad, por ejemplo, la Noche Buena. Súbete.
–¿Qué tiene de Buena?– me arremedé, dando el último sorbo a mi Martini, y fumando una gran bocanada de humo psicotrópico– Solo es un triche pretexto para vender porquerías y atascarnos de alcohol; Pero vamos allá, continúa por favor, no me dejes interrumpir tu tren de pensamiento, tan sólo permíteme, ya que te vas poner tan serio, encender el radio, están transmitiendo un especial de rocanrol navideño, en la Cocina del Alma, el programa de don José “Hombre-lobo” Agustín, en Radio Libre Aztlán:
–“Arrancamos con Vince Guaraldi, y sus rolas para Peanuts; Primero: “Skating”, donde Snoppy se lucía patinando al estilo Chaplin, ¿te acuerdas?, y luego escuchemos “Christmas is here”, (instrumental, of course), ya que llegamos tan lejos, que casi parece que sobreviviremos un año más...
–Ja. No cantes victoria, camarada… Ahorita que lleguemos ahí te explico cómo va a estar la operación. Pero bueno, a ver, Inútil, deja de jugar con tu pinche música maricona y escucha: analiza todo este asunto de la humanidad, al inicio del nuevo siglo, convertida en una vergonzosa parodia de sí misma, bailando a ciegas junto al abismo, ¡avanzando inexorablemente directo al infierno!, entonces, ¿agarro el boulevard?

–Uy, que palabra tan costosa te rifaste, valedor: I-ne-xo-ra-ble-men-te, Güau. Sip, agarras el bulevar. Es por allá, wey, da vuelta a la izquierda. Y hazme el favor de no raspar más la carrocería, ni acabes de rompernos las calaveras por favor, que como quiera que sea, todavía es la nave de tu jefe, nuestro padre, que en su morada bajo el mar, aguarda soñando.
–…Escuchen ahora esta otra: “Let me sleep”, de los Perros perdidos del Pearl Jam acústico…


–No me interrumpas, Gusano. Te decía, toma todo este asunto de la Navidad, por ejemplo. Toda la mierda comercial en que se ha convertido, digo, mira al pobre San Nicolás, convertido en este viejo gordo sonrosado, de traje rojo y barba blanca, que dice “¡Jo, Jo, Jo!”, vendiendo coca-colas radioactivas en su trineo diabólico, jalado por seis chivos negros, en las alturas de un cielo post-apocalíptico.
–…”Continuamos con: “Milky White way”, del disco de canciones cristianas de Elvis”…


–¿Te acuerdas como le gustaban al jefe esas rolas?, es más hereje que Marx, pero cuando canta el Presley, hasta parece devoto coreando sus letras…
–“I`m gonna meet God the Father, and God the Son”- Cantó Elvis, y mi padre lo coreó fielmente.
–Que cierres tu agujero de vomitar, idiota. Te decía: el pobre San Nicolax de Myra, un muy amable obispito jalador del siglo IV, en Anatolia, Turquía, perfectamente respetable, que tiene más de dos mil templos por todo el mundo, y quién honestamente gustaba de regalar todas sus posesiones materiales al estilo franciscano, convertido hoy en este asqueroso personaje de caricatura, regordete, salido de las pesadillas de Walt Disney, no sorprende que sea el individuo más odiado de toda la famosa navidad, he visto tantas parodias sobre él, que sólo me falta atestiguar que lo violen en algún callejón sin salida. Se puede sentir que nadie lo quiere, nadie lo respeta: Es todo lo que está mal con la Navidad. Es el Gran Impostor, tratando de opacar la Palabra Sagrada. Es como un enviado del capitalismo satánico, para convertir los tradicionales obsequios en algo que, de alguna manera, es un beneficio egoísta para los productores de chatarra material y espiritual…y blablablá…

–… Acabamos de oír “Jingle bell rock” (como olvidar el principio de Arma Mortal), antes escuchamos  a los Pretenders con  “2000 Miles”, cursis pero muy queridos, y después vendrá The Who, con su “Christmas”, del Tommy,  (que por cierto, tienen nuevo disco, en este agónico 2019, aunque ya huele a despedida)… Saludos a Maru Vargas, una fan muy fiel de los Quién… Abrazo familiar para todos, de su viejo diyei, José “Wolfman” Agustín, aquí representando el Espíritu de la Navidad presente, y pónganle más ron a mi ponche, por favor…

–Das vuelta a la derecha, y luego otra izquierda, y ya llegamos. ¿Tons qué, a ver cómo va a estar la onda, quieres que les abra el portón principal, y la caja fuerte de la iglesia?, ¿Tú sabes donde guarda el cura la morralla, no?, porque sí junta buena feria en quincena el miserable, pederasta infeliz, dicen que está protegido por la maña, y siempre tiene una .45 cargada.

… Y ahora con ustedes, ¡Sufjan Stevens! y su “Sister Winter”, de sus discos de Christmas songs, que me regaló mi compadre Pedro Moreno,  va un abrazo para él hasta Saltillo…

–¿Recuerdas el Sueño del Santa Clós limosnero…?
––¿Qué, eres el fantasma de las navidades pasadas?... Sí, claro. Nos levantamos sonámbulos, y lo encontramos en el jardín, en la noche, bajo el árbol de mangos. Éramos sólo un niño, de cinco o seis abriles, y él no era un mendigo vestido de Santa Clós, era un vagabundo fangoso, muy sucio, pero sabíamos que era Santa Claus, el viejo fetiche de la coca cola, pero convertido en teporocho; Y como siempre, se había metido a la casa sin permiso, pero en lugar de traer regalos, se colaba para talonearnos una limosna, temblando. Y algo nos decía que Eso era Dios también, un dios enfermo, disfrazado y decadente.
–Ahí fue donde mi papá nos alcanzó, en el jardín, y nos llevó de regreso a la cama. Y a la mañana siguiente, cuando le contamos el sueño, parecía muy molesto de escuchar nuestros delirios teológicos nocturnos.

–…Eso fue Micah P. Hinson con su “Little boys dream”, y ahora continuamos con “I’ll Be home by christmas”, de este álbum de jazz que me heredó mi amiga, Una Pérez Ruiz, quién recién falleció (descance en paz); es de discos Putumayo, Christmas in New OrleansY después los dejo con “Amarga Navidad”, del maestro José Alfredo Jiménez, que no puede faltar, para todos los malacopa navideños…

*  *  *
–…Ya casi nos despedimos, con esta rola inaudita en la voz de Bob Dylan,“Hark the Herald Angels sings”, de su disco de villancicos abominables…
–Chales, ¿que le pasa a ese tipo?, parece que se tragó un borrego moribundo y se le atoró en la garganta. De verdad, cuanta música navideña espantosa existe, desde jazz, salsa, cumbia, rock y etcétera, nomás falta el rap y el reguetón de la navidad, con doña Claus de teibolera, frotándose en un tubo de hielo, ¡Carajo!, que cantidad tan horripilante de mala música, empezando por los maléficos villancicos, y pasando por toda clase de porquerías pseudocristianas, ¿acaso nadie nota que han convertido este bonito ritual en una nauseabunda tradición de plástico?
–“Or what?, you’ve been rockin’ SO hard, U can’t even say a prayer?...­­-continuó el dj– La navidad es un chance de vivir el renacimiento de Jesucristo, el héroe del corazón, el campeón del espíritu, diría Carl Gustav Jung; es un intento de la humanidad por sublimarse en el sacrificio, para abandonar el egolatría; Es la gran leyenda del hombre en busca de su padre perdido, buscando ser Dios, ser Buda. Todo ser humano, más o menos cuerdo, intuye que en el corazón del invierno, cerca del final del Laberinto congelado, concluido el evidente ciclo anual de las estaciones, existe la oportunidad de cambiar, de avanzar, y mejorar un poco. ¡Así pues: beban de este vino, que es la sangre de Dios, del mito divino, pasen a brindar esos que no tengan miedo de seguir el sendero dorado, el que lleva a la Casa de los Dioses… Ahora los dejo con esta que no sé si es navideña, pero parece, son los Black Crowes con “Welcome 2 the good times”, enjoy it, if U can…


–Que clavado se puso el master.
–Ya vamos llegando, entonces ¿asaltamos primero la parroquia y luego la licorería o al revés?
–La parroquia, desde luego. Le prometí al camarada de la vinatería que este año no lo asaltaríamos, para variar; es buena onda; Hasta le vamos a pagar, por varias cajas de alcohol y muchas despensas, con el dinero bendito del cura Melchor–Y me respondí que okey. Entonces llegamos a la pequeña capilla blanca, y me bajé para forzar la cerradura, como el cerrajero de San Pedro, y mi conciencia entró en la iglesia, para realizar el asalto al cielo, súbitamente…
* * *

–¡¿Que pasó, ya estuvo, lo apañaste todo?!
–Sí, dejé al cura maldiciendo en piyama, ¡arranca imbécil, que trae pistola y pantuflas!
–¡De pelos, ora si nos rayamos con una feliz navidad!, ¡Vamos a ir con las putas, y al teiboldanz, y en avión hasta Las Vegas, y a comprar muchas drogas y/
–Nonono, calma tus ansias, infeliz… ¿Recuerdas el Sueño del Ropavejero?– Y me respondí que sí, claro, y en el radio sonaba “The Ragpickers dream” de Mark Knopfler, tu sabes, el jefe de Dire Straits, ya solista. 

–En esa canción, el ropavejero sueña con un banquete en el que hay espacio, comida y bebida abundante para todos los vagabundos, niños de la calle y demás los marginados, pero también se sientan entre ellos algunos personajes navideños fantásticos: El Espantapájaros y el Rey de las vías de Tren, además de Jack Frost y hasta Satan Claus aparece por ahí. Agreguemos a Cristo y Buda, a Quetzalcóatl y un largo etcétera de dioses y diosas paganas, diciendo “¡Salud!”, en nuestra carta para los reyes magos, y nuestro sueño se hará realidad. Y todos felices.
–Pero con esto no nos va a alcanzar para alimentar a todos los desesperados y hambrientos esta noche…
–No te apaniques, mi viejo y querido personaje fugaz, tengo un amigo que se me prometió multiplicarlo todo, infinitamente, Él fue quién ordenó este asalto navideño… ¡Pues para surtir de regalos ese banquete de mendigos y pordioseros, y compartirlo con todos mis amigos, los animales extintos, y demás criaturas fantásticas que habitan este sueño y esa canción, es que hemos robado todo lo que robamos hoy, mi estimado: ¡Despierta!: Nosotros somos el espíritu de las fiestas futuras, ¡y para darle su navidad a todos esos miserables, es que soñamos esta noche!



–....”Así que finalmente, los dejo con Gavin Bryars & Tom Waits, acompañando a un gélido veterano sin hogar, con su melodía de obsesiva cruz circular, psíclica, como un mantra: “Jesus blood never failed me yet”… Y así se despide La Cocina el Alma, deseándoles felices navidades, a todos los hermanos y hermanas de buena voluntad… ¡Muchas Noches Buenas, y que el Gran Espíritu los ilumine esta noche y siempre!, ¡Salud!...  ¡Cambio y fuera!